Descripción:
Raúl nos explicó que trabajaba con alumnos de entre 4 y 6 años, y que dividía la clase en dos grupos, por lo
que solo veía a cada grupo cada 15 días. Todas las actividades que realizaba con los niños seguían un hilo
conductor basado en la historia de unos indios.
Después, nos sentamos todos en círculo y cantamos una canción siguiendo las indicaciones de Raúl, por lo que
los niños debían estar muy atentos a él.
A continuación, realizamos una actividad en la que los indios tenían mucho frío e hicieron una hoguera para
calentarse y poder dormir. Cantamos una canción sobre el frío que pasaban los indios, y después representamos la
hoguera con palos y pañuelos que simulaban el fuego.
Luego cantamos la canción de “Me baño en la bañera”, mientras hacíamos gestos como si nos estuviéramos bañando
a nosotros mismos y a nuestros compañeros de los lados.
Después hicimos otra actividad con una canción en la que amasábamos y hacíamos pan con las manos, siguiendo
nuevamente las indicaciones de Raúl y el ritmo de la música.
Más tarde, utilizamos cascabeles y dos palillos para realizar una actividad en la que teníamos que distinguir
las fuentes del sonido con los ojos cerrados.
La siguiente propuesta consistía en movernos por la clase como si estuviéramos cogiendo frutas, al ritmo que
Raúl marcaba con los palillos. Cuando el ritmo se aceleraba, teníamos que galopar.
En otra actividad, todos sentados en el suelo en círculo, cada uno tenía una pelota que debía mover de un lado a
otro o esconder, según las indicaciones de Raúl.
También simulamos ser árboles moviendo un pañuelo como si fuera una hoja que bailaba con el viento, al ritmo de
una melodía.
Luego, cantamos otra canción sentados en círculo. Iba sobre un gusanito que se encontraba con distintos animales
por el camino hasta encontrar a otro gusanito, y acompañábamos la canción con movimientos de manos.
Después hicimos una partitura utilizando pañuelos y huevos musicales: los pañuelos representaban un sonido largo
tocado con la flauta, y los huevos un sonido corto. Tras Raúl tocarla con la flauta, la cantábamos entre todos.
A continuación, nos levantamos y nos movimos al ritmo de la música: usábamos el huevo musical cuando sonaba una
parte de la canción y el pañuelo cuando sonaba otra distinta.
Luego cogimos el paracaídas entre todos, colocamos cascabeles en el centro y cantamos una canción sobre un ratón
que se encontraba con un gato, moviendo el paracaídas al ritmo de la música. Después añadimos pelotas al
paracaídas y Raúl puso otra canción, en la que teníamos que moverlo más rápido o más lento según el ritmo.
Más adelante, nos contó una historia sobre ladrones y detectives, y puso una canción en la que teníamos que
mover las manos y los dedos por el espacio cuando sonaba la parte de los ladrones, y dar golpes con toda la mano
cuando sonaba la parte de los detectives. Al final, teníamos que atrapar a los ladrones y cantarles “no se
roba”, pero luego se volvían a escapar.
En la siguiente parte del juego, unos éramos detectives y otros ladrones. Cada grupo se movía cuando sonaba su
parte en la canción. Al final, los detectives rodeábamos a los ladrones y les cantábamos “no se roba”, pero otra
vez se escapaban.
Luego aparecían unos monos en la historia, a los que les picaba la cabeza y la barriga. Con una canción de
fondo, imitábamos sus movimientos, rascándonos y bailando como ellos.
También utilizamos una goma elástica con tela que simulaba una serpiente. Todos la sujetábamos formando un
círculo, mientras seis voluntarios se metían dentro para tocar un vaso con palitos al ritmo de la canción. Al
mismo tiempo, los demás movíamos la serpiente. Cuando la música cambiaba de ritmo, los del centro debían salir
de la serpiente, y volver a entrar cuando cambiaba de nuevo.
Finalmente, todos cogimos la serpiente y cantamos y bailamos una canción, siguiendo los movimientos que hacía
Raúl: nos inclinábamos hacia delante y hacia atrás, nos movíamos a un lado y a otro, y subíamos y bajábamos los
brazos, según lo que indicaba la canción.
Valoración crítica de la sesión:
La sesión práctica que hemos llevado a cabo con Raúl nos ha parecido muy interactiva y lúdica, además de ser
muy enriquecedora desde un enfoque didáctico y metodológico, ya que hay una gran planificación por parte de
Raul, que da respuesta a los objetivos planteado en función de los contenidos evaluables. Las actividades
propuestas giran en torno a un hilo conductor sobre la historia de unos pequeños indios de un poblado, lo que
facilita y mantiene el interés de los niños.
La variedad y la diversidad de recursos materiales y musicales, permite un aprendizaje multisensorial que
desarrolla la participación activa y estimula las distintas áreas del desarrollo del cerebro. Además, el uso de
canciones, personajes y situaciones lúdicas contribuye de manera significativa a consolidar los aprendizajes
desde un enfoque vivencial y experimental. Las instrucciones de Raul, junto a la idea de alternar momentos de
calma y de actividad, permiten la regulación efectiva del grupo y favorece a la atención sostenida. Las
actividades no solo promueven la coordinación motriz y la conciencia corporal, sino que también inciden en
habilidades cognitivas como la memoria auditiva, la discriminación de sonidos y la comprensión de consignas. La
interacción y la socialización constante a lo largo de la sesión, refuerza la dimensión social del aprendizaje y
fomenta actitudes de cooperación y respeto. Como aspecto a mejorar ya que no dio tiempo, un momento final de
recogida o reflexión en asamblea, donde los niños pudieran verbalizar sus vivencias, dibujarlas.. para
consolidar y tener un aprendizaje más completo y significativo. En general la sesión ha sido memorable por su
carácter lúdico, estructurado y pedagógicamente fundamentado, siendo un excelente ejemplo de cómo la música, el
juego y el movimiento se integran de forma eficaz en la enseñanza-aprendizaje